La
pintura es el arte que más radicalmente cambia en el
gótico. Abandona el sitio que ha ocupado durante el
románico: el
muro.
Debido a que el muro casi desaparece como elemento sustentador. La
pintura gótica tiene su primera ubicación en las
vidrieras y en las
miniaturas de los
códices, para luego extenderse por las
tablas.
En éstas, las técnicas más utilizadas son la del
temple y el
óleo, que da un mayor colorido y permite un acabado más minucioso, gracias a que su tiempo de secado es más lento.
La primera etapa, hacia el 1200, corresponde a la pintura conocida como
Gótico Lineal, ya que manifiesta una especial atracción hacia las líneas que definen los contornos. Este tipo de pintura gótica abarca todo el siglo XIII y los comienzos del XIV momento en el que se desarrolla un nuevo estilo.
El nuevo estilo que sucede al lineal es el conocido como
Gótico Italiano donde las escuelas de
Siena y
Florencia alcanzan cotas muy altas. En el que desaparece la línea que marca los contornos de la etapa precedente, junto a estudios incipientes de perspectiva lineal y espacial, gracias al empleo de la degradación de los colores. En esta época, los diferentes
gremios compiten en la decoración de sus capillas, lo que junto al desarrollo económico hacen que se desarrolle y aumente la pintura gótica.
En cuanto a la tercera línea de la pintura nos encontramos con la pintura
gótica flamenca, marcada por el empleo del óleo, el detallismo y el marcado colorido y estructura de sus paños.
Aquí podeis ver un estudio un poco más elaborado y profundo sobre los fundamentos de la
pintura Gótica.